El shortbread es un tipo de galleta tradicional originaria de Escocia y muy presente en todo el Reino Unido y en muchos países de Europa. Con esta fácil receta preparareis un shortbread ligero y crujiente que podréis disfrutar con una buena taza de café o de té. Si queréis no ser tan tradicionales, podéis añadir a la mezcla la ralladura de medio limón.
Ingredientes para 8 porciones:
- 130 g de mantequilla ablandada
- 60 g de azúcar caster, más un poco para espolvorear
- 65 g de harina normal
- 65 g de harina de repostería
- 60 g de harina de arroz o de maíz
- Pizca de sal
Elaboración:
- Disponemos la mantequilla y el azúcar en un bol grande y lo mezclamos con una cuchara de madera (hasta donde se pueda y a continuación con las manos) hasta que esté esponjoso y tenga un tono pálido.
- Incorporamos los tres tipos de harina y la pizca de sal y removemos bien hasta que la mezcla esté suave y uniforme.
- Transferimos la mezcla a una fuente de horno y la igualamos con la parte trasera de la cuchara. La forma más tradicional suele ser rectangular y cortado después en tiras, pero también se puede hacer circular y dividir en porciones triangulares.
- Con el pulgar vamos presionando ligeramente por todo el borde para hacer un adorno y luego con un cuchillo marcamos las porciones y con un tenedor pinchamos para adornar.
- Lo dejamos enfriar en la nevera durante 30 minutos para que adquiera consistencia.
- Precalentamos el horno a 170° C.
- Sacamos el shortbread de la nevera y lo horneamos 30-35 minutos, o hasta que adquiera un tono ligeramente dorado.
- Lo retiramos del horno y espolvoreamos con azúcar. Lo dejamos enfriar en la fuente unos minutos antes de transferirlo a una rejilla para que se enfríe por completo. Una vez frío, repasamos las porciones y servimos.
Como hemos dicho anteriormente, también puede hacerse con forma circular.
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