Esta receta es sencilla y flexible, por lo que no es importante poner la cantidad exacta de cada ingrediente. Se puede tomar de entrante, servidos sobre una tostada, o como plato principal, como hemos hecho nosotros, acompañado de un arroz blanco. Tiene el puntito de la mostaza, pero no llega a ser picante. Y es una buena forma de probar la casquería para aquellos que tengan reparos. Los que den el paso quedarán muy sorprendidos: son sabrosos, suaves y económicos.
Ingredientes para 4 personas:
- 12-16 riñones de cordero
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 cucharada de mostaza de Dijon
- 250 ml de vino blanco
- 1 cucharada de especias frescas (romero, tomillo, perejil y cebollino)
- 1 diente de ajo pequeño machacado
- Unas 2 cucharadas de nata líquida (30 ml)
- Sal y pimienta negra
Elaboración:
- Conviene sacar los riñones de la nevera y abrir el envoltorio unos 10 minutos antes de cocinarlos. Empezamos cortando los riñones horizontalmente. Quitamos la parte central con unas tijeras y los lavamos bien con abundante agua fría. Escurrimos y secamos con papel de cocina.
- Calentamos un poco de mantequilla en una sartén profunda y cocinamos los riñones al gusto (no conviene hacerlos demasiado). Los retiramos y los mantenemos calientes. Añadimos una cucharada de mostaza a la sartén junto con el vino, las especias y el ajo y cocinamos a fuego lento hasta que se reduzca a la mitad.
- Agregamos la nata suficiente para hacer una salsa suave. Después incorporamos los riñones a la salsa y calentamos suave, sin cocinar más (ojo).
- Servimos espolvoreado con perejil y acompañado de arroz o ensalada verde.
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