Es un plato muy sencillo y rápido de hacer. Es la guarnición perfecta para multitud de recetas, ya que ¿con qué no está bueno una patata? La presentación llamará la atención de todos los comensales. Lo más “complicado” es conseguir no llegar hasta el final a la hora de realizar los cortes. Admite todo tipo de especias, según el gusto de cada uno.
Ingredientes:
- 4 patatas medianas
- Unas ramitas de romero y tomillo
- Aceite
- Sal
- Mantequilla
Elaboración:
- Precalentamos el horno a 220° C.
- Lavamos las patatas dejando la piel. Si vemos que no se nos queda fija sobre la superficie de trabajo, cortamos ligeramente la base para que se quede estable.
- Con un cuchillo bien afilado vamos realizando cortes paralelos sin llegar a cortar del todo las patatas. De esa manera conseguiremos ese efecto tan bonito para la presentación.
- Las colocamos sobre una bandeja de horno y las rociamos con un poco de aceite, sal, romero y tomillo. Procuramos que entre parte del sazonado por dentro de las patatas.
- Las horneamos durante 50 minutos aproximadamente y nada más sacarlas del horno les añadimos un dado de mantequilla por encima, que se derretirá con el calor.
- Servimos calientes.
Responder